LA PROGRESIÓN IDEAL. Entrevista al sensei Taiji Kase en 1.992.
5 años de práctica:
Permiten obtener el Cinturón Negro de Karate-Dô. Pero este nivel no fija nada más que la memorización de técnicas básicas. A menudo en Japón, 3 años son suficientes para obtener este grado, pero el entrenamiento diario es de 2 a 3 horas. El Cinturón Negro 1er Dan es considerado equivalente a la obtención del bachillerato que abre la puerta los estudios superiores.
10 años de estudios de Karate-Dô.
Os permitirán tener unas buenas técnicas de base en general. Solamente después de este nivel es cuando se le puede comenzar a enseñar cotidianamente, ya que es muy importante que el profesor muestre correctamente las técnicas básicas asimiladas a lo largo de estos diez años. Es indiscutible que no se le puede mostrar correctamente y de una forma rigurosa si no tiene el nivel requerido.
15 años de entrenamiento.
Además de un cuerpo perfectamente formado y una buena condición física, estos 15 años permitirán una aplicación automática de la técnica, no de una forma mecánica pero permitirán desarrollar el espíritu. El reflejo defensa/contra-ataque debe ser instintivo. Este nivel corresponde más o menos con el de 4º Dan.
20 años de práctica:
La comprensión es el aspecto dominante. Este periodo debe corresponder al nivel de 5º Dan. El trabajo mental llega al mismo tiempo que la realización física. Así dotado por este mental, el Karateka en este nivel permanece siempre en alerta, como el animal somnoliento que al menor signo de peligro despierta. A partir de aquí, la vida es consagrada al Karate-Dô, no se puede cambiar de vía o de destino.
30 años de Karate-Dô
Tras esta evolución, la acción es la siguiente: en el instante de decisión el cuerpo llega expresando el pensamiento (armonía mental-física). ¿Es necesario precisar lo que estos 30 años implican? (entrenamiento regular: Kata. Etc.) La cuenta de los años es extraña a aquello a lo que precede.
Hacia 40 años: 8º Dan
Es el nivel hacia el 6º sentido, una forma de telepatía sensitiva de 4ª dimensión para el Karateka que haya llegado a este tiempo de práctica. No se puede considerar que la sola reflexión permitirá progresar. La práctica y la reflexión son siempre indisociables.
La enseñanza que hay que retener de este progresión es que, al principio del Karate-Dô, el aspecto de autodefensa domina. La noción de adversidad es primitiva. Esta progresión demuestra que no es necesario matar sino ayudar al otro y descubrir la vía Dô. Hay una transformación de la personalidad por la comprensión del oponente, del adversario.